Otra noche sin dormir
será que del café de tus ojos no puedo huir.
No puedo construir mis días cada anochecer
para que la realidad la destroce con cada amanecer.
Una parte de mi vuela hacia ti
la otra me ruega por favor, hermosa; vamos a desistir.
Mil veces dije que no, solo para mí.
Mil y una me di razones para un último sí.
Cuando te vas mi corazón llora y se pierde así
cuando apareces es algo que no puede resistir.
Habitas en mi mente dónde no te puedo tocar.
Vives en cada rincón del inconsciente
donde no existe el lastimar.
Y voy arrastrando las alas
como si fuese el último recurso que al alzarlas;
caerán nuevamente por esos únicos brazos
que han de esperar a mi yo hecho pedazos.
Qué sucederá de nuevo
el incierto es del tiempo el heredero
que no pretende el mundo terrenal
como luces que se elevan y caen. Solo te puedo amar
como las olas que levantan y revienta furiosas
como eso y tantas cosas más.
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