Este es el anónimo diario de vida de una loca linda, y cuándo digo linda me refiero a la extensión y explotación de la palabra en sÃ... A esa belleza que se queda después de mirar un par de ojos y no puedes dejar de pensar en ellos.
sábado, 16 de junio de 2012
Las cosas que perdÃ.( Sin correcciones Ortográficas)
En este punto de mi vida, me siento en la plazuela que queda cerca de mi casa, casa que no quiero que por costumbre se vuelva mi hogar, extraño tanto a los mÃos, los necesito más de lo que imaginé que lo harÃa. He perdido tanto por ganar y he ganado tanto que supuse perdido... Me gusta sentir en las mejillas el roce del viento cuando hace bailar a las hojas que por seguir su silencio caen de los árboles y se vuelven a elevar, pudiera escribir de desamor, decepciones, pero no es el momento ni lugar. He perdido tanto y nada, poco y suficiente para darme cuenta que aunque pasara la vida no podrÃa volver jamás atrás y no puede haber cabida al arrepentimiento, pues a mi parecer es el sentimiento más mortÃfero, quimera insencible que corroe más allás del armazón de calcio que nos sostiene firmes al piso. He perdido tanto...He perdido sueños por no creerlos alcanzar, amigos por no confiar en el azar, he perdido metas por pasar de largo y seguir otra más grandes, a personas importantes en mi vida que aunque por más que sus auras recorrieran el infinito del universo y las constelaciones podrÃan huir del hogar que un dÃa fue mi propio corazón. Me levanto solo para seguir al balet que llevan las olas de viento por aquel camino, ese camino que tiene muchos árboles y a mi me gusta tanto porque tienen vida y aunque sea un detalle, ha sido algo que siempre me ha llamado la atención. A pesar de todo, duele aprender y no me arrepiento de los tantos pensamientos que guardé para poder crecer, evolucionar, expandirme, fundirme con la tierra, el aire y dejarme llevar por el Mar. Y es que me tranquiliza saber que seguir pasos ajenos me han llevado más allá, me llena de sonrisas saber que puedo volar porque el lÃmite no lo hacen las alas que no tengo, sino la Voluntad. Sin exagerar sé muy bien que recogerÃa cada lágrima que se ha caÃdo para regalartelas y que la vida a ti no te las vuelva a cobrar. He perdido tanto...y en esa pérdida he ganado el sentimiento inmenso de QUERERTE TANTO.
Y que la Luz te acompañe, dónde quiera que vayas. Y si has de caerte aunque a la distancia, mi mano no perderá el reflejo de querer sostenerte.
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